Instauradas ya las principales rutinas del curso y adentrándonos en el primer trimestre, hoy queremos compartir con vosotros uno de los pilares básicos de nuestra pedagogía: el aprendizaje cooperativo.

Cuando hablamos de cooperativo nos referimos a una serie de técnicas con estructura y elementos propios, que se diferencian de otras formas de aprendizaje grupal. Es una forma de enseñar, de aprender y de vivir donde lo importante no es el resultado final sino el proceso en el que todos participan y se ponen en práctica elementos tan importantes como: las habilidades lingüísticas, el respeto por las normas de relación y convivencia, la resolución de conflictos, la escucha atenta o la autonomía.

Es importante destacar que no todo el aprendizaje cooperativo es aprendizaje en grupo, así como todo aprendizaje en grupo no es tampoco aprendizaje cooperativo. Si a los alumnos y alumnas simplemente se les asignan roles y tareas individuales, que luego son integradas en el trabajo, se está realizando un trabajo individualista que, en realidad, no es cooperativo. Dotarlo de este plus requiere de la interacción del grupo para conseguir unos resultados que sean fruto de todas sus aportaciones.

Y en infantil, a pesar de su edad, los niños y niñas son completamente capaces de hacerlo, cuando se les proporcionan elementos para organizar estas tareas y se les guía durante el inicio del proceso hasta que son capaces de interiorizarlo. No podemos olvidar que, cuando les hacemos sentir protagonistas de su propio aprendizaje, su motivación incrementa hasta metas imprevisibles.

Por todo ello, convencidas de la importancia y de los beneficios (tanto a nivel cognitivo como social) que nos proporciona, proponemos con frecuencia actividades que puedan ser desarrolladas con esta metodología.

Precisamente esta semana, el alumnado de 4 años ha puesto en práctica dos de las principales técnicas cooperativas: el folio giratorio y los lápices al centro. La primera de ellas para llevar a cabo un taller del otoño; la segunda, para realizar una actividad de búsqueda y reconocimiento de letras.

Como veis, en nuestras aulas no faltan motivos para llevar a cabo tareas cotidianas mediante alguna técnica de cooperativo, logrando así que la rutina se impregne de emoción.