Dirección

Dirección del Colegio

Estimadas familias.

Me presento a ustedes como director del colegio.

Estoy al servicio de toda la comunidad educativa del centro (alumnos, profesores, familias, Institución Marista) para llevar a cabo la misión encomendada al colegio de acompañar a sus hijos en su crecimiento. Esta misión se lleva a cabo gracias a todo el claustro de profesores que, cada uno desde su función, realiza las distintas actividades programadas. Nuestra propuesta educativa quiere atender al crecimiento integral de nuestros alumnos, que engloba diversidad de campos importantes, tanto en el ámbito académico, como el relacional, el acompañamiento a alumnos y familias en la acción tutorial, el ámbito espiritual y de relación con Dios, el ámbito de la solidaridad, el ámbito de atención a los alumnos con diversas capacidades y orientación.

En la etapa que ahora empiezo, como nuevo director, el lema de este curso me sugiere de forma clara lo retos que tengo por delante. “Cambia”, esta simple palabra que conforma el lema me empuja a realizar un cambio en mi vida, ya no solo en las nuevas responsabilidades como director, sino en la forma que afronto a función directiva, la de profesor ante mis alumnos, o ante mis compañeros profesores.  Quiero afrontar los retos con serenidad, paciencia y sabiendo que es el Señor quien lo hace todo posible y que, sin Él, no soy nada. Tres son los principales retos que tengo.

El primero, aceptar el cambio. Aunque la decisión de ser director está tomada tras un tiempo de reflexión y preparación, el momento en que se hace patente es cuando vives ese cambio, con los tiempos, las personas, las situaciones concretas. No siempre es fácil aceptar un cambio, aunque haya sido queriendo. Cambian las responsabilidades, las decisiones, las relaciones con las personas, los tiempos de trabajo. Quiero poder aceptar esos cambios y poder vivirlos con esperanza y alegría.

El segundo reto es proponer el cambio. En todos mis años anteriores, he entendido que en mi tarea estaba la de proponer cambios, ayudar al cambio, dar ideas, trabajar en equipo. Pero ahora además de eso veo que tengo que estar al frente, liderar esos cambios. Ante el cambio, es normal tener una sensación de inquietud o temor. Y ahora más si cabe por la responsabilidad de llevar a cabo esos cambios, hacer que los compañeros los acojan, los vean positivos para el centro.

El tercer y último reto es para mí el más importante y al mismo tiempo el más difícil. Quiero hablar de Dios, decir a alumnos, familias y compañeros “Cuánto os ama Dios”, anunciar la alegría del Evangelio de Jesucristo. Él es el verdadero cambio, siempre actual y siempre a la espera que de vayamos a Él. Y no siempre es fácil hablar de Jesús hoy en día. Por eso le pido al Señor fuerza para llevar a cabo esta misión propia de nuestros colegios. Y, como Champagnat, me acojo a María haciendo presente la oración que Marcelino dirigió a la Virgen antes de ir a su primer destino como sacerdote en La Valla: “Quiero trabajar bajo tu protección para anunciar la Buena Noticia a todos. Yo no puedo nada, Madre de misericordia; no puedo nada, pero tú lo puedes todo con tu intercesión. Te ofrezco, te entrego y te consagro toda mi persona, mi trabajo y mi vida entera”.

Quiero trabajar para hacer realidad estos retos, aunque sé que no es fácil y depende del Señor. Espero poder ayudar a toda la comunidad educativa a que crezcamos en sabiduría, en verdad y en amor.

Jose Ortolá Font direcciondenia@maristasmediterranea.com

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